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viernes, 18 de abril de 2014

África, China y su sed petrolera


África, China y su sed petrolera

#DEF

Por: defblog
Con el objetivo de diversificar sus fuentes de aprovisionamiento de crudo, China se propuso en la última década hacer pie en el continente africano. ¿Cuáles son las características de esta nueva “diplomacia petrolera” y cómo se explican sus disímiles resultados, a través los ejemplos de Angola y Nigeria?
ANGOLA-OFFSHORE-PETROLE
De la Revista DEF / Especial para Infobae
“La industrialización y urbanización de China continuarán acelerándose y la demanda de energía seguirá aumentando”, advertían las autoridades de Beijing en un documento sobre política energética publicado en octubre de 2012. Allí se reconocía que la dependencia del exterior se había incrementado notablemente durante la primera década del siglo XXI, al pasar del 32 por ciento al 57 por ciento del total de petróleo consumido en el país. Esa cifra llegará al 77 por ciento en 2030, según las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Para hacer frente a esa urgente necesidad de nuevas fuentes de aprovisionamiento, el gobierno chino y sus principales compañías estatales han comenzado a dar importantes pasos fronteras afuera. No se trata únicamente de acceder a una materia prima fundamental para el desarrollo económico del gigante asiático. La diplomacia energética encarada por Beijing es, al mismo tiempo, un factor central para su seguridad nacional.
CHINA EN BUSCA DE SU SEGURIDAD ENERGÉTICA
En un trabajo publicado por la investigadora Carla Fernandes, de la Universidade Nova de Lisboa –Contributo de Angola para a Segurança Energética Chinesa–, se mencionan los aspectos centrales de la “diplomacia energética” de China, que se plantea como objetivo el abastecimiento de petróleo “a través de la compra de participaciones en mercados extranjeros, exploración y perforación en el exterior”, como así también “construcción de refinerías, gasoductos y oleoductos”. “La diplomacia energética funciona también como un impulso importante para la implementación del going out (Qu Chu Zou)”, destaca la autora, en referencia al proceso de internacionalización de la principales compañías chinas del sector. Allí es donde entran en escena, como actores protagónicos de esta ambiciosa estrategia, los colosos estatales CNPC (China National Petroleum Company), Sinopec (China National Petrochemical Corporation) y CNOOC (China National Offshore Oil Company).
Según explica Fernandes, desde finales de la década del 90, CNPC, Sinopec y CNOOC cuentan con el “apoyo político, diplomático y financiero” del gobierno chino, lo que se traduce –en términos económicos– en acceso a créditos preferenciales de bancos comerciales, como el China EximBank o el China Development Bank. Desde el punto de vista político, el anzuelo para convencer a los gobiernos africanos de los beneficios del comercio con Beijing es la oferta de distintos “paquetes” que se traducen en el intercambio de “petróleo por préstamos”, “petróleo por infraestructura” o “petróleo por armas”, según las necesidades de cada caso, como veremos a continuación, en el análisis de la relación bilateral con Angola y Nigeria. De esa forma, Beijing se asegura el petróleo que necesita –equity oil– y consigue, al mismo tiempo, nuevos mercados donde colocar sus exportaciones y radicar sus inversiones.
ANGOLA, UN SÓLIDO ALIADO COMERCIAL
El caso de Angola es un ejemplo exitoso de los mecanismos utilizados por China para su desembarco en la región. Establecidas en 1983 las relaciones diplomáticas entre ambos países y firmado un año más tarde el primer acuerdo comercial bilateral, hubo que esperar hasta 2004 –finalizada la guerra civil en Angola– para que Sinopec adquiriera su primera participación en la industria petrolera local, al quedarse con el 50 por ciento del bloque 18, ubicado en aguas profundas 160 kilómetros al noroeste de la capital Luanda –el restante 50 por ciento es controlado por la transnacional BP–. En los hechos, el ingreso de la empresa china se instrumentó a través de Sonangol Sinopec International Limited (SSI), una joint venture entre Sinopec y la compañía petrolera estatal Sonangol (Sociedade Nacional de Combustiveis de Angola).
A través de esa misma empresa binacional, Sinopec ingresó posteriormente en la explotación de los bloques 15/06 (SSI participa con un 25 por ciento), 17/06 (SSI controla el 27,5 por ciento) y 18/06 (SSI posee el 40 por ciento), todos ellos ubicados en aguas ultraprofundas frente a la costa angoleña. Una herramienta similar, la joint venture China Sonangol, le permitió a Sinopec entrar en los bloques 3/05 (con un 25 por ciento), 3/05A (con un 25 por ciento) y 6/06 (con un 20 por ciento). Finalmente, en julio de 2009, Sinopec y CNOOC llegaron a un acuerdo económico con la estadounidense Marathon Petroleum para quedarse con el 20 por ciento del bloque 32, también en aguas ultraprofundas. El único cortocircuito producido hasta el momento entre las autoridades de Beijing y de Luanda fue la fallida participación de Sinopec –con un aporte del 30 por ciento– en  la construcción de la refinería Sonaref, en la localidad costera de Lobito, 390 kilómetros al sur de Luanda. Finalmente, debido a desacuerdos comerciales, Sinopec desistió del proyecto y Sonangol decidió hacerse cargo de la financiación del 100 por ciento de la obra, que debería inaugurarse en 2015.
Actualmente, Angola se ha convertido en el segundo mayor proveedor de crudo de China –detrás de Arabia Saudita–, siendo China, a su vez, el principal destino de las exportaciones petroleras angoleñas. Carla Fernandes precisa que “el petróleo angoleño es más atractivo, aun cuando sea más caro que el de Medio Oriente, ya que es el más adecuado para las refinerías chinas diseñadas para el tipo de petróleo local, que tiende a ser, al igual que el angoleño, bajo en contenido de azufre”. ¿Cuál ha sido el modelo seguido por China para seducir al gobierno de Angola? Por una parte, el otorgamiento  de préstamos: desde 2002, el EximBank y el China Construction Bank (CCB) han suministrado financiación para la reconstrucción de la infraestructura dañada o inexistente luego de tres décadas de guerra civil. Por otro lado, Beijing se asegura la participación de sus empresas en las obras.
“Las empresas chinas traen el capital, la tecnología y equipos necesarios; como contrapartida, Angola paga a las empresas chinas con sus recursos”, sintetiza Carla Fernandes. Al ahondar en el mecanismo de funcionamiento de estos acuerdos, en un capítulo que integra el informe Thirst for African Oil publicado por Chatham House,  los investigadores Alex Vines, Markus Weimer e Indira Campos afirman que el éxito de los créditos chinos en Angola se debe “en parte a su tamaño, pero también a que los términos son más concesivos en cuanto a plazos de gracia y períodos de repago”. Además, claro está, se trata de “dinero fresco”. En la práctica –aclaran Vines, Weimer y Campos– funcionan como cuentas corrientes: “Cuando el Ministerio de Finanzas de Angola lo ordena, el EximBank realiza el desembolso transfiriéndolo directamente a las cuentas de los contratistas. El repago se inicia tan pronto como el proyecto ha sido completado. A su vez, los ingresos por la venta de petróleo, realizados bajo estos acuerdos, son depositados en una cuenta de garantía bloqueada, desde la cual se deducen los montos exactos destinados a hacer frente al servicio de la deuda. Por último, el gobierno de Angola es libre de utilizar discrecionalmente el dinero remanente”.
NIGERIA Y SUS VAIVENES POLÍTICOS
A diferencia de Angola, donde la conducción del presidente José Eduardo Dos Santos –en el poder desde 1979– ha asegurado una continuidad en las grandes líneas políticas, la experiencia china en Nigeria ha tenido mayores obstáculos debido a la sucesión de tres jefes de Estado en los últimos 15 años. La llegada de las empresas petroleras chinas se dio durante el mandato de Olusegun Obasanjo (1999-2007), favorable a la política de “petróleo por infraestructura”. Durante su administración, se realizaron cuatro rondas licitatorias. En la tercera de ellas, en 2006, se le adjudicaron a CNPC dos áreas en el delta del río Níger y otras dos en la cuenca del Chad, a cambio de un compromiso de inversión por 2000 millones de dólares en la modernización de la refinería de Kaduna, 211 kilómetros al norte de la capital Abuja. En la cuarta ronda que tuvo lugar en 2007, CNPC consiguió una concesión adicional y CNOOC pudo quedarse con cuatro áreas licitadas como contrapartida de un crédito del Exim Bank por 2500 millones de dólares para la modernización de la línea férrea Lagos-Kano y la construcción de la represa hidroeléctrica de Mambilla.
Sin embargo, el escenario cambió con el final del segundo período de gobierno de Obasanjo –un cristiano yoruba del sur del país– y la llegada al poder, en mayo de 2007, de Umaru Yar’Adua –un musulmán fulani del norte–. El nuevo presidente adoptó una política que el periodista e investigador Gregory Mthembu-Salter define como “oil for cash” (“petróleo por efectivo”) y dejó de lado la posibilidad de ligar la explotación del crudo nigeriano a la realización de proyectos de infraestructura. “La suspensión por parte de la administración de Yar’Adua de los acuerdos de petróleo por infraestructura del período de Obasanjo significó un revés para la política del gobierno chino hacia Nigeria, lo que implicó una completa revisión del modo de hacer negocios con ese país”, señala el autor en su trabajo Elephants, Ants and Superpowers: Nigeria’s Relations with China, publicado por el South African Institute for Internationals Affairs (SAIIA). Una muestra de este nuevo enfoque fue la decisión de Sinopec de adquirir, en junio de 2009, los activos de la firma canadiense Addax Petroleum, quedándose con sus concesiones petroleras en Nigeria.
La muerte de Yar’Adua en mayo de 2010 modificó nuevamente el panorama político en una inestable Nigeria, que venía sufriendo desde 2006 una fuerte campaña de desestabilización y sabotaje a sus estratégicas instalaciones petroleras por parte del Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEND). De esa conflictiva región es justamente originario el nuevo presidente, Goodluck Jonathan, quien buscó encauzar las relaciones con China y, a poco de asumir, firmó un memorando de entendimiento con Beijing para la construcción de tres refinerías y una planta petroquímica. Un año más tarde, la compañía estatal NNPC (Nigerian National Petroleum Corporation) suscribió con la CSCEC (China State Construction Engineering Corporation) un acuerdo para la financiación de las obras por un total de 28.500 millones de dólares, que en un 80 por ciento provendrían de un crédito del Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). En conjunto, las refinerías de Brass, Lokoja y Lekki deberían alcanzar una capacidad de procesamiento total de 400.000 barriles diarios. Sin embargo, hasta la fecha los trabajos no han comenzado.
En el caso nigeriano, concluye Gregory Mthembu-Salter, los acuerdos de “petróleo por infraestructura” han demostrado ser “inviables”. “Beijing –asevera este analista– ha tomado conciencia de lo duro que es en la Nigeria actual lidiar con los ciclos electorales que pueden echar por tierra cualquier negocio, ya que cuando el poder estatal es transferido a través de elecciones de una élite a otra, concretamente desde una élite procedente del sur cristiano a una musulmana del norte, el botín del Estado es sometido a una renegociación”. La recomendación del autor para las empresas chinas interesadas en Nigeria es que “adquieran los activos petroleros con pagos en efectivo” y les advierte que, aun así, es posible que “tengan que realizar pagos extras por sus adquisiciones cuando la siguiente élite asuma el control del Estado”.
PETRÓLEO, DIPLOMACIA E INVERSIONES
A pesar de los obstáculos, Beijing está decidido a hacer pie en el territorio africano y los resultados están a la vista. Entre 2001 y 2011, las importaciones chinas de crudo procedentes de África registraron una tasa de crecimiento anual acumulado del 34 por ciento. En 2011, por ejemplo, los países africanos fueron responsables de la producción del 18 por ciento del crudo importado por Beijing. Además, si tomamos el período acumulado 2003-2010, más de la mitad de la inversión extranjera directa de China en África se orientó hacia el sector petrolero. Esta demanda irá en aumento en el mediano plazo y las grandes compañías estatales del gigante asiático seguirán saciando su sed de petróleo en estas costas. El gran interrogante es si los gobiernos africanos serán capaces de aprovechar esta oportunidad para saldar sus cuentas pendientes en términos de mejora en las condiciones de vida de su población y modernización de su infraestructura.

jueves, 18 de julio de 2013

Angola - refinery

Angola has one refinery located on the outskirts of Luanda. It is a topping/reforming refinery, with a distillation capacity of 45,000 barrels per day (2.3 million mt/yr). Construction of the plant by Petrofina began in the late 1950’s, and the refinery was commissioned in 1958. The refinery was originally designed to process bituminous Kwanza crude supplied by pipeline from a small Petrofina operated onshore field south of Luanda, but this field has now been shut in. The refinery now processes other Angolan crudes, mainly Palanca. It produces surpluses of around 600,000mt/yr fuel oil, and, occasionally, naphtha. The export fuel oil is sold by annual tender, and generally ends up as cracking feedstock on the USEC.
The refinery runs at about 70% of capacity, and has recently undergone a modernisation programme that included some capacity expansion, conversion of a unit to an isomerisation unit, and a new control room. Total is on record stating that the maximum crude capacity is now 3 million mt (60,000 b/d), although in 2002 the throughput was only 1.8 million mt. The bitumen unit only operates at around 40% capacity, partly because the quality produced is poor, so some material is imported.
Trafigura, SMB Abidjan, and Sonangol have recently formed a marketing and storage JV to handle bitumen imported from Abidjan.

lunes, 18 de febrero de 2013

Angola, un futuro petrolero

Angola, un futuro petrolero

Por: Oscar Bravo Fong
Publicado el: 10 Febrero 2013
Lugar: Luanda, Angola

Angola, país que mantiene sostenidos niveles de explotación petrolera, prevé aumentar la capacidad de refinación de ese combustible bruto para satisfacer necesidades internas y ofertar derivados en la región y otras partes del mundo.
Cuando la producción de crudo local ronda 1,9 millones de barriles diarios y naciones como China demandan más "oro negro" para su acelerado crecimiento industrial, este territorio edifica dos refinerías, que se sumarán a la existente en Luanda.
Tanto la refinería de Lobito, en Benguela, como la de Soyo, en la norteña provincia de Zaire, permitirán en un futuro no muy lejano que este Estado ponga fin a la importación de productos derivados del petróleo y ahorre fondos en la adquisición de esos productos.
Las nuevas obras en construcción apoyarán la refinería de hidrocarburo de Luanda, la cual, según funcionarios del ramo petrolífero, no satisface las necesidades del país por su reducida capacidad de procesamiento.
Ese centro fabril refinó en 2011 como promedio diario 41 mil 600 barriles del fósil, lo que significó un incremento del 26 por ciento en relación con el año 2010, indican datos del sector de Petróleos.
No obstante ese repunte productivo, la Sociedad Nacional de Combustibles de Angola (Sonangol) importó en 2011 productos refinados diversos en un volumen de tres millones 270 mil toneladas, representativo de un aumento del 15 por ciento en relación con el año precedente.
Como proyecto iniciado en 2008 y que deberá concluirse en 2015, la planta de Lobito permitirá en una primera fase la refinación de 120 mil barriles de petróleo por día, en tanto en una segunda etapa productiva esa cifra ascenderá hasta los 200 mil barriles.
La nueva fábrica, cuyas instalaciones abarcan un área de más de tres mil 800 hectáreas, permitirá el abastecimiento de derivados del petróleo a las 18 provincias de este territorio africano y el suministro a países vecinos.
Por otro lado, la refinería de Soyo tendrá una capacidad de procesamiento estimada en 200 mil barriles por jornada, y también aportará al crecimiento de este Estado desde el punto de vista productivo y laboral.
Con el objetivo de aprovechar el gas natural resultante de la producción de petróleo y evitar su nociva quema, en la ciudad de Soyo también se producirá fabrilmente gas natural licuado, con un aporte anual estimado en 5,3 millones de toneladas.
Esa cifra garantizará la autosuficiencia de este país en gas butano para consumo interno y gas natural para la generación de energía eléctrica y la petroquímica.
Tras reconocer los esfuerzos del Ministerio de Petróleos para lograr que Angola se autoabastezca de derivados del hidrocarburo, en diciembre último el ministro de Transportes, Augusto Tomás, consideró que proyectos como la refinería de Lobito ayudarán al avance de la región.
Mediante esa instalación -apuntó- se fortalecerá el corredor que circunda las provincias de Benguela, Huambo, Bie y Moxico.
Destacó que estarán vinculados a esa industria, los ferrocarriles de Benguela y de Moçamedes, el Puerto Comercial de Lobito, futuras plataformas logísticas portuarias y el centro de carga aérea del Aeropuerto Internacional de Catumbela, entre otros proyectos.
La futura refinería de Lobito será un polo de interés para el sector de electricidad, "ya que con el combustible producido aquí se abastecerán centrales térmicas proyectadas", aseguró en ese marco, el ministro de Energía y Aguas, Joao Baptista Borges.
Según se conoció, la obra contribuirá a la creación de 10 mil puestos de trabajo, lo que mejorará el índice de empleo en Lobito y zonas aledañas.
Empeñado en la formación de cuadros en el ramo petrolífero, el Ejecutivo angoleño, junto a la edificación de nuevas refinerías de combustible plantea, entre otros objetivos, intensificar las actividades de prospección, pesquisa de petróleo bruto y gas natural.
También se propone la licitación de nuevas concesiones en el sector y promover la industria de gas natural y la petroquímica.
En Angola, país donde con frecuencia se descubren nuevos pozos petroleros en aguas profundas, al sector de petróleo y gas se lo considera como catalizador para la diversificación de la economía nacional y reducción de la pobreza social.
Al mismo tiempo, el sector del petróleo en este territorio, el segundo mayor productor en África tras Nigeria, genera el 80 por ciento de los ingresos fiscales y emplea a más de 70 mil trabajadores.
Con reservas estimadas en unos 9,5 billones de barriles de petróleo y 11 trillones de pies cúbicos de gas,
Angola, según la revista británica Economist Intelligence, comenzó 2013 con un escenario brillante en la explotación de hidrocarburo.
De acuerdo con la publicación, este país africano inició sus operaciones con una producción próxima al nivel récord de 2008 (1,9 millones de barriles diarios), gracias a la apertura de nuevos campos petrolíferos y la superación de dificultades técnicas.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Realzan en Angola importancia económica de refinería petrolera

Realzan en Angola importancia económica de refinería petroleraPDFImprimirE-mail
lunes, 10 de diciembre de 2012
Luanda, 10 dic (PL) El vicepresidente de Angola, Manuel Domingos Vicente, destacó hoy que el proyecto de la refinería petrolera de Lobito, en la sureña provincia de Benguela, contribuirá al desarrollo económico de este país africano.Luego de colocar la primera piedra de esa importante obra económica y de que se realizara la presentación técnica de la edificación, Vicente señaló que "vamos hacer todo para llevar a buen puerto el emprendimiento".Al dar a conocer aspectos del plan, inversionistas apuntaron, por otra parte, que la futura refinería, localizada a 10 kilómetros de la ciudad de Lobito, tiene como finalidad principal terminar con la importación de combustibles por parte de Angola.También persigue darle valor agregado al petróleo producido en este país, segundo mayor productor de esa materia prima en África, tras Nigeria.


La nueva fábrica, cuyas instalaciones abarcarán un área de más de tres mil 800 hectáreas, permitirá el abastecimiento de derivados del petróleo a las 18 provincias y el suministro a países vecinos.

En mayo último, el ministro de Petróleos, Botelho de Vasconcelos, expresó que la refinería de Lobito en una primera fase refinará 120 mil barriles de petróleo por día, en tanto en una segunda etapa ese volumen ascenderá hasta los 200 mil barriles por día.

Angola, país rico en reservas de petróleo y gas natural, proyecta además construir una refinería similar en el municipio de Soyo, provincia de Zaire, con una capacidad estimada de procesamiento de 200 mil barriles por jornada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Refinería de Lobito producirá 120 mil barriles por día en la 1ª etapa

08 de mayo, 2012 - 19:28hs - Actualizado 08 de mayo, 2012 - 19:28hs

Refinería de Lobito producirá 120 mil barriles por día en la 1ª etapa

Petróleo

MINISTRO DE PETRÓLEO, JOSÉ MARIA BOTELHO DE VASCONCELOS
FOTO: ANGOP
Luanda - El proyecto de construcción de la Refinería de Lobito, en curso desde 2008, prevé para la primera fase de producción, con fecha aún por determinar, la refinación de 120 mil barriles de petróleo por día, ha informado hoy (martes) el ministro de Petróleo, José Maria Botelho de Vasconcelos.
 
En declaraciones a la prensa, al margen de la apertura de la Conferencia Internacional sobre Petróleo y Gas, el gobernante afirmó que en la segunda fase de la producción el emprendimiento de Lobito aumentará su capacidad de refinación para 200 mil barriles diarios de petróleo. 
 
Refirió que la implementación del proyecto persigue poner coto a la importación de productos derivados del petróleo y promover su exportación.
 
Aseguró que con la implantación de Refinería en Lobito habrá una reducción en los precios de los carburantes en cerca de 16 por ciento, así como se verificará un aumento de valor a las ramas ácidas y pesadas producidas en el país.
 
En esta senda, el ministro dijo que está en proyección la construcción de la primera refinería del municipio de Soyo, provincia de Zaire, cuya capacidad de la producción está estimada en 200 mil barriles/día.
 
Sobre el futuro de la producción de petróleo y gas, dijo que las reservas probadas, en petróleo, están evaluadas en 9,5 billones de barriles, y que podrá durar más 50 años con el inicio de la exploración de la capa de pre-sal.
 
En relación a las reservas de gas natural, prosiguió, están evaluadas en 11 trillones de pes cúbicos, lo que equivale a una producción de más de 30 años.
 
Participan en la conferencia, durante de dos días, técnicos del Ministerio de Petróleo, de la Sonangol (Sociedad Nacional de Carburantes de Angola), del Banco Mundial y peritos internacionales en materia de petróleo y gas.